La Legión fue resultado del esfuerzo personal del entonces comandante de Infantería José Millán-Astray por crear una unidad con una moral y espíritu de cuerpo que fueran equiparables a los de la Legión extranjera francesa. La Legión es la culminación de ese proyecto personal.
Hace ya 93 años de un lejano 20 de septiembre cuando el primer Legionario se alistaba en La Legión. Aquel día La Legión iniciaba su destino, a sangre y fuego, un camino duro y difícil, pero jubiloso. Nacía para luchar porque de la lucha nació. Empezaba un romance entre la entrega y el deber, el orgullo y el honor, el sacrificio y el valor, comenzaba la leyenda.
Desde sus orígenes, la Legión ha promovido siempre un culto al combate y una disminución de la relevancia de la muerte. Se pretende con ello minimizar el miedo natural a morir, favoreciendo los actos heroicos necesarios para su misión inicial como tropas de choque profesionales. Gran parte de ese objetivo se cubre mediante la llamada «mística legionaria», simbolizada de forma definitiva en el Credo legionario.
«Por ir a tu lado a verte,
mi más leal compañera,
me hice novio de la muerte,
la estreché con lazo fuerte
y su amor fue mi bandera».
Desde esta página felicitamos a todos aquellos que formaron parte de sus filas, a los que se encuentran destinados en sus filas y a todos aquellos que simpatizan con este glorioso cuerpo.