Por seguro de vida se entienden dos tipos de coberturas muy diferentes: por una parte se cubre el riesgo de las personas en cuanto a contingencias de muerte e invalidez y por otra se entienden aquellos seguros que contemplan fundamentalmente la percepción de una capital o renta en un momento determinado, por ejemplo cuando la jubilación.
Y a su vez cabe una mezcla de ambos tipos de cobertura, de tal forma que en una misma póliza se cubran tanto los riesgos de contingencias como el riesgo de llegar a la jubilación sin la suficiente capitalización para disfrutar de una jubilación digna.
El problema más importante a la hora de escoger un seguro es:
- Que la aseguradora conoce nuestra profesión-riesgo.
- Que sea líquido en cualquier momento.- eso significa que la compañía que lo cubra tiene que tener solvencia suficiente para garantizar ese pago en cualquier circunstancia
- Que el precio que se pide por la cobertura sea una prima ajustada al mínimo, dada la compleja competencia que existe.
- Que la compañía garantice una rentabilidad mínima para que cuando llegue la jubilación el capital invertido en forma de primas tenga una rentabilidad suficiente conforme al mercado
- Y que la fiscalidad sea lo más favorable posible; y eso cambia según los tipos de seguros.
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